domingo, 22 de septiembre de 2013

DIA 14.- LA GUDIÑA - ORENSE. 100 Kms.

Iniciamos la ruta al amanecer y al poco de salir de La Gudiña nos encontramos con los tres "chavales" de Reus. Compartimos con ellos varios kilómetros por una carretera casi siempre en ascenso, y sin apenas un árbol. Con la gran cantidad de incendios que hay todos los años en Galicia no nos extraña encontrarnos de vez en cuando con estos paisajes. En Campobecerros ellos hacen una parada y nosotros seguimos por un cuestón bastante importante. El encargado del albergue nos dijo la tarde anterior que solo subiríamos un poco al principio y luego era todo bajada hasta Laza, a este lo ponía yo a subir ese cuestón. De todas formas siempre cogemos con pinzas la información de la gente que no ha hecho el recorrido en bici, sobre todo en cuanto a los desniveles. 
 

Embalse de As Portas

Las obras faraónicas del AVE en Galicia


Embalse de As Portas


Pasando por Portocamba. Antes de llegar a Laza nos encontramos con varios pueblos anclados en el pasado.

Montañas antes de llegar a Laza


En la bajada ya iban apareciendo grandes pinadas

Por fin llegó la bajada hacia Laza, un pueblo de menos de 2.000 habitantes, pero que parece una gran ciudad al lado de las aldeas por las que hemos pasado a lo largo de la mañana. Nos comemos unos bocatas en un bar antes de comenzar a subir la gran dificultad de la jornada, el monte Requeixada. La subida nos la tomamos con tranquilidad y vamos ganando altura poco a poco. Es la típica montaña en la que cuando parece que ya has llegado arriba, tomas otra curva y ves que la carretera sigue culebreando durante algunos metros más, y asi una y otra vez. 
Casi al final de la subida llegamos a Alberguería. En este pueblo es famoso el "Rincón del Peregrino" un bar con cientos de vieras colgadas por los peregrinos que pasan por aquí. Nosotros también colgamos la nuestra. 

Bar y Albergue "Rincón del Peregrino" en Alberguería 


La música es del bar


Alberguería
Salimos de Alberguería buscando el camino, pero nos tuvimos que dar la vuelta y coger de nuevo la carretera, las ruedas se nos llenaron de pinchas pero por suerte no pinchamos.

Tras alguna confusión con las señales del camino llegamos a Xunqueira de Ambía. El calor era insoportable, el día anterior anunciaron ola de calor en Galicia y por desgracia no se equivocaron. Paramos en un bar, ya no nos apetecía beber agua, ni refrescos, así que nos hidratamos con unas cervezas bien frescas y unas tapas de embutido de la zona. El dueño del "Bar Luciano", que al principio era mas serio que una esparteña, luego cogió confianza y estuvo de charla con nosotros. Al vernos tan cansados y acalorados nos dijo que nos iba a hacer una "proposición indecente". Jodeeer, a ver por donde sale este tio!!  A 1 km del pueblo se encontraba el Río Arnoia y nos dijo que nada más pasar el puente salía una senda a la derecha que nos llevaría a una caseta de piedra donde había un chorro de aguas termales. La verdad que no nos apetecía agua caliente en ese momento, pero fuimos hasta allí a ver que tal. Había un hombre mayor en bolas y esperamos a que terminara para meternos nosotros. Fue todo un acierto ya que el agua no estaba caliente, más bien fria, y el baño fue genial. Solo quedaban unos 20 kms hasta Orense y esta parada nos vino genial para recuperarnos un poco. 

Colegiata de Xunqueira de Ambía


El lugar que nos recomendó el dueño del bar en Xunqueira de Ambía para darnos un baño

Regresando de la ducha

Río Arnoía
   Los últimos kilómetros antes de llegar a Orense fueron de bajada pero con fuerte calor y un tráfico bastante denso. Nada más entrar a la ciudad pinchó mi bicicleta, por supuesto en la rueda trasera que es la más dificil de cambiar al tener que quitarle las alforjas, además los piñones se nos desparramaron de nuevo por el suelo. Arreglamos la bici como pudimos con un calor terrorífico. Aunque estábamos a la sombra, el viento venía muy caliente. Orense está en el fondo de un valle y rodeado de montañas y si os fijais de vez en cuando en las temperaturas, en verano hay veces que hace más calor que en el sur.
Al llegar al centro de la ciudad ya creíamos que nuestro sufrimiento terminaba, pero resulta que Orense tiene unas cuestas bestiales y como la ley de Murphy siempre aparece en estos momentos, el albergue de peregrinos se encontraba en lo alto de la ciudad. Casi sin aliento y con 100 kms recorridos llegamos al albergue, nos duchamos y salimos a cenar. Aún de noche el calor era insoportable, después vimos en el telediario que durante el día habíamos llegado a los 39ºC, que para Galicia no está nada mal.

Dando una vuelta por Orense

2 comentarios:

  1. Ya le va quedando poco a este Camino de Santiago, la verdad es que estáis hechos unos deportistas, todos los días 60-100 kilometros no esta mal. Estamos viendo unos pueblecillos la mar de tranquilos.

    Saludos pareja.

    Cati.

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  2. Mucho calor por esos caminos con tanta historia que debió ser duro pero una gozada, sobre todo ahora que se ve con la satisfacción del objetivo logrado.

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